martes, 24 de agosto de 2010

7. Entiendas o no, la realidad es así

A ver qué les parece esta historia:
Había una vez un sujet@ que deseaba y otr@ sujeto@ que deseaba también. Sus deseos se encontraron y la realización de éste hubiera sido el paso lógico en este pequeño relato. Sin embargo, llegó una voz autoritaria que dijo: NO. La idea de pecado cubrió el paisaje y lo que fue un campo florido se convirtió en un desierto de desolación, sentimientos de culpa e infelicidad.

Visualicen:
Las flores fueron marchitándose una a una, los colores fueron apagándose, lo que antes mostraba un rojo aquí, un azul allá, un amarillo, un verde, un lila, se tornó gris. Los campos perdieron su verdor y la tierra quedó desgastada, llena de grietas, sin posibilidades de vida. Finalmente, todo murió y lo que antes fue un vergel de entusiasmo y esperanza, hoy es un páramo cubierto de amargura.
Mi conclusión: el que controla tu deseo, es dueño de tu vida. Por este motivo yo, una simple brujilda, me esmero en conquistar este control.
Azuzo el deseo por aquí, aprieto las normas que prohíben allá, y juego con los seres humanos logrando que se sometan a mis deseos y acepten mis promesas de un futuro halagüeño. Sin embargo, para llegar a esa tierra de la gran promesa, que puedo postergar hasta el infinito y el más allá, hace falta someterse a todos mis designios. La venta de promesas es una actividad muy redituable para mí.
Y yo me pregunto: ¿por qué los humánidos se aferran a la vida, como una lapa a una piedra, aunque su vida carezca de satisfacciones y las promesas de felicidad les sean ajenas? Nosotras, las que pertenecemos a la familia de las brujildaes convertimos nuestros sueños en realidad y logramos que ésta se ajuste a nuestras necesidades. Somos exitosas. Así sí vale la pena vivir. Fastidiamos sistemáticamente por doquier y buscamos en todo momento la realización del deseo. Nuestro deseo: fundar en la tierra el imperio de las malas intenciones. Y vamos bien, estamos contentas, las hemos esparcido por doquier.
Ustedes no han aprendido nada en tantos siglos de hundir su huella sobre la tierra. Nacen llorando y aun no se enteran por qué.
Habrá quien diga que no sólo de promesas puede vivir el hombre, que también necesita realidades. Pero no le crean, no vivan en el error. ¿Entienden? Si entienden, las cosas son así y si no entienden, las cosas son así.

2 comentarios:

  1. me gusta tu mundo y sus malas intenciones, lo entiendo bien

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  2. Hola Anónimo:
    Como toda buena bruja, abandono a los amigos. Pero, ya en 2012 puedo decirte con entusiasmo que mi labor se va esparciendo por todos los confines de la tierra.

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